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Y por otro lado, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda un consumo de 55-75% del total de nuestra energía proveniente de los
carbohidratos (WHO/FAO 2003), lo cual está alineado con la famosa "pirámide de nutrición" que nos han enseñado por generaciones en las escuelas primarias y
secundarias.
¿Quién tiene la razón?, o ¿Acaso ambos están mal?
Comencemos con la teoría básica: Los carbohidratos son la fuente principal de glucosa en la sangre, la cual es el combustible más importante para todas las células del cuerpo y la única fuente de energía para el cerebro y los glóbulos rojos (eritrocitos). (Balch, 2007)
Hay principalmente dos tipos de carbohidratos:
- Los carbohidratos simples, (o azúcares) y
- Los carbohidratos complejos
Los carbohidratos complejos constan de moléculas de sacáridos que forman cadenas más largas. Los carbohidratos complejos incluyen fibras y almidones. Los alimentos que son ricos en carbohidratos complejos son las verduras, los granos enteros (no procesados) y chícharos y frijoles (judías). (Balch, 2007).
Sin embargo es un gran error equiparar un alimento a un nutriente.
Por ejemplo, al analizar las calorías que proporciona un brócoli, cerca del 50% provienen de proteínas, 25% de carbohidratos, y 25% de grasas.
En el caso de la carne de res (bistec) sólo el 35% proviene de proteínas, y un 60% de grasas poli-saturadas (las causantes de infartos e hipertensión).
No podemos etiquetar los alimentos naturales como:
carne = proteína
papa = carbohidratos aguacate = grasa
Porque además de los tres macro-nutrientes básicos, cada alimento tiene un sinfín de nutrientes, en especial los
alimentos de origen vegetal: minerales, antioxidantes, fitoquímicos, vitaminas, ácidos grasos, fibra, enzimas, etc.
Nuestro sistema digestivo trabaja muy bien con los carbohidratos complejos cuando estos se consumen en su estado natural (verduras, frutas, granos), desdobla las moléculas a su ritmo normal, los niveles de glucosa y de insulina se comportan dentro de su rango normal.
Pero el ser humano, en su afán de ser más sabio que Dios, ha querido “componer” los alimentos naturales y los ha procesado artificialmente. El resultado de esto es los
“carbohidratos simples refinados”.
Muchos de los alimentos que a diario consumimos la gran mayoría de la población contienen este tipo de carbohidratos refinados. Le daré una pequeña lista: tortilla blanca, pan blanco, pasta, sopa de fideos, caramelos, pastelillos, yogurt, helado, mermelada, chocolates, galletas, y cereales en caja para desayuno (faltan aún muchos por mencionar).
El problema con estos carbohidratos refinados es que su absorción es muy rápida, por carecer de fibra y otros nutrientes, nuestro cuerpo toma sólo la energía (calorías), y se descompensa nuestro nivel de glucosa e insulina en la sangre y estos desajustes de nivel
(picos repentinos) envían una señal de acumulación grasa corporal a
nuestro organismo (Furhman, 2003). La
OMS y la pirámide alimenticia han fallado porque recomiendan
comer carbohidratos sin hacer distinción entre los refinados y los
complejos. Las
dietas "low-carb" (como la famosa dieta Atkins) han fallado
porque han generalizado el efecto negativo de comer carbohidratos
refinados, y prohíben también los carbohidratos complejos
naturales como las frutas y las verduras los cuales son de vital importancia para nuestra nutrición.
Conclusión:
Sí hay ciertos tipos de carbohidratos que nos hacen engordar: los refinados (o aislados), como el azúcar, la harina blanca, las pastas,
y la repostería.
Pero también hay carbohidratos que nos hacen adelgazar: los complejos contenidos en las verduras, hortalizas, legumbres, frutas, cereales y semillas.
Aunque las frutas contienen carbohidratos simples (fructuosa), estos no son dañinos puesto que vienen en su paquete protector de fibra, vitaminas, fitoquímicos y antioxidantes.
Le recomiendo comer carbohidratos sanos provenientes de alimentos naturales enteros.
Por: Vicente Victorica
Autor del Libro Dieta Final
Referencias:
Balch, Phyllis A. (2007) Prescription for Nutritional Healing. Avery publishing
Furhman, Joel (2003) Eat to Live, Little Brown & Co., New York
WHO/FAO expert consultation (2003). Diet, Nutrition and the Prevention of Chronic Diseases. Geneva: World Health Organization. Pg. 55-56. ISBN 92-4-120916-X
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